Sobre Nosotros

Historia del programa de Escuelas Taller


¿Qué son y cómo llegan las Escuelas Taller a Colombia?


En 1992, el modelo de Escuelas Taller llega a Colombia desde España con el objetivo de recuperar el patrimonio construido y generar oportunidades de desarrollo para la población joven. Se inicia en 3 ciudades de Colombia donde el Patrimonio cultural edificado es protagonista: Cartagena, Mompox y Popayán. En 2009 el Ministerio de Cultura, convencido de la importancia de las Escuelas Taller y de su impacto positivo en los territorios, convierte este proyecto de cooperación en el Programa Nacional Escuelas Taller de Colombia, y lo expande a otras regiones y ciudades como Bogotá, Barichara y Tunja ampliando su alcance al ámbito de patrimonio inmaterial con talleres de cocina y de objetos artesanales. Como resultado de este nuevo enfoque, se publica la Política de Cocinas Tradicionales y las Escuelas Taller se convierten en las mejores aliadas para la recuperación de la cocina tradicional en el país.

Las Escuelas Taller son Instituciones de Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano permiten atender, en su mayoría, a población de origen rural mediante procesos formativos en programas técnicos laborales de un año y cursos complementarios gratuitos, los maestros mismos son los portadores del saber, lo que permite también generar herramientas de valoración, protección y salvaguardia. 

Las Escuelas Taller son reconocidas y sujetas a inspección y vigilancia por la secretaría de educación de cada municipio.

En la actualidad, existen en total 13 Escuelas Taller a lo largo de todo el territorio nacional; Cartagena, Mompox, Villa del Rosario, Barichara, Tunja, Popayán, Bogotá, Quibdó, Cali, Buenaventura, Bajo Cauca, Salamina y Tumaco. Cada una de ellas con particularidades propias de sus prácticas culturales según la zona geográfica en la que están ubicadas. El programa Nacional unifica los esfuerzos de todas las Escuelas contribuyendo con la puesta en valor del patrimonio cultural e inmaterial y la construcción de una cultura de paz. 

Hoy en día, las Escuelas Taller de Colombia son un referente para otras Escuelas Taller en América Latina y el mundo, por sus componentes de innovación enfocados a la sostenibilidad y porque dan cuenta de la diversidad de manifestaciones culturales y de oficios, a través de sus programas de formación.

En las Escuelas Taller el patrimonio es el principal compromiso y los estudiantes la razón de ser. Cada año cientos de jóvenes colombianos se forman en oficios tradicionales, logrando construir un proyecto de vida en torno a la construcción, la carpintería, la cocina, y otros saberes propios de sus regiones.


Sobre la organización Escuela Taller de Tumaco


Desde el 2015 la Escuela Taller de Tumaco inició con los Técnicos Laborales por Competencias en Cocina y Construcción y ha venido formando jóvenes en diferentes oficios, propendiendo por la salvaguardia del patrimonio a través de la formación técnica por competencias laborales relacionada con las oportunidades identificadas en la región, y que a su vez brinden herramientas a los jóvenes para que éstos puedan acceder a oportunidades de empleo y emprendimiento, entregando entre el 2016 al 2020 un total de 277 egresados y egresadas, como se observa en el siguiente gráfico.

 

Sobre el modelo de becas


La Escuela Taller de Tumaco se constituyó legalmente el 17 de noviembre de 2017 en sociedad entre el Ministerio de Cultura a través del programa Nacional ´Escuelas Taller de Colombia Herramientas de Paz´, La Cámara de Comercio de Tumaco y la Corporación Turística de Tumaco. También cuenta con licencia de funcionamiento No 0096 del 30 de enero del 2018 expedida por la Secretaría de Educación Municipal de Tumaco.

Hoy en día, La Escuela Taller de Tumaco es apoyada por organizaciones nacionales como el SENA, La Aeronáutica Civil y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) e internacionales como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Organización Internacional para las migraciones (OIM), Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), ICCO Cooperación y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Cabe anotar que el respaldo de estas organizaciones ha sido fundamental para la entrega gratuita de becas de formación a jóvenes tumaqueños, de la zona rural y urbana, entre 16 y 30 años de edad (en algunos casos particulares, personas de más edad), que presentan situaciones de riesgo y vulnerabilidad, como lo veíamos anteriormente.

La primera fase de este proyecto estuvo a cargo de la Fundación Escuela Taller de Bogotá (FETB), entidad responsable del modelo de sostenibilidad, así como la construcción de la misma, destacando que la de Tumaco es la primera escuela a edificarse desde el inicio en un comodato facilitado por la Aeronáutica civil de Tumaco, que está ubicado en la vía al Aeropuerto La Florida. La sede está pensada como un espacio modular, adaptable y de construcción por etapas que se adecúe a las necesidades y metas planeadas para la Escuela.

La Escuela Taller de Tumaco es un espacio para el encuentro de conocimientos tradicionales y actividades culturales que revelan y enriquecen las raíces de la Perla del Pacífico.


Modelo de sostenibilidad


El proyecto Escuela Taller consta de las siguientes máximas: enseñar, emplear, emprender, preservar el patrimonio cultural y fomentar la construcción de paz.


Enseñar:

Las Escuelas Taller inician sus labores en alguna casa, edificio u otra instalación física de conservación patrimonial en condición de deterioro y desuso o donde se necesite la construcción de un nuevo inmueble, donde se inicia la restauración o construcción por parte de los estudiantes del taller de construcción con recursos financieros de los cooperantes. Posteriormente, los alumnos de carpintería construyen el mobiliario que estará presente en las instalaciones y a lo largo de todo el proceso, los jóvenes del taller de cocina son quienes preparan el almuerzo para el resto de estudiantes y personal administrativo.

De igual manera las Escuelas Taller contienen un componente cultural que no solo está presente en su currículo académico donde se tratan temas relacionados con el patrimonio cultural material e inmaterial inherentes a los oficios tradicionales, sino que es a través de las actividades que se crean espacios para que los estudiantes puedan desarrollar otras habilidades e interactuar con sus compañeros. Un ejemplo de esto es la feria de los oficios que se organiza una vez al año para que los jóvenes compartan sus proyectos y experiencias con otros actores del proyecto Escuela Taller, como sus empleados, colaboradores, donantes, patrocinadores, entre otros.

Al incorporar la formación de las Escuelas Taller un modelo pedagógico que integra las competencias humanas, creativas y emprendedoras, logra ir más allá de sólo una formación técnica en oficios tradicionales, mostrándoles a los beneficiarios que es posible desarrollar un proyecto de vida que vincule cultura y sostenibilidad y que resulta más efectivo que el simple desarrollo de una herramienta para el trabajo.

 

Emplear:

Además de la enseñanza práctica que se imparte para aumentar las posibilidades de empleo, los aprendices tienen otras posibilidades en varios momentos de su formación:

●     Cuando el aprendiz está cursando materias: los estudiantes más destacados realizan pasantías por fuera del horario de clase, las cuales contribuyen para afianzar lo aprendido y a mejorar sus ingresos, gracias a la retribución económica que reciben por su trabajo.

●     Cuando el aprendiz ha terminado materias y es aspirante a recibir su certificación, tiene la oportunidad de realizar una práctica laboral durante la cual puede recibir un salario y prestaciones sociales. Dicha práctica puede hacerla con alguna empresa aliada de la Escuela o con alguna organización autogestionada por ellos que cumpla los requisitos.

●     Cuando el beneficiario ya ha obtenido la calidad de egresado de la Escuela Taller, se le ofrece la oportunidad de cubrir vacantes en sus propios emprendimientos o en los establecimientos de aliados estratégicos, siempre que los haya disponibles.

Estas formas de inserción laboral se pueden llevar a cabo por medio de convenios que se crean con otras entidades públicas para prestar sus servicios; y por medio de las alianzas con empresas del sector privado y entidades públicas.  Por medio de estas alianzas los aprendices tienen la oportunidad de realizar una práctica o pasantía en una empresa reconocida del sector privado, y además la posibilidad de ser posteriormente contratados por esta organización.


Emprender:

De la misma manera, se generan proyectos económicamente productivos afines a su razón de ser, como el servicio de catering, restaurantes (proyecto a corto-mediano plazo, que está proyectado con la terminación de la infraestructura física de la Escuela) y demás, que vinculan laboralmente a egresados de cocina y además permiten la opción de práctica.

Actualmente, se está experimentando con un nuevo modelo que pasa del “aprender haciendo” al “emprender haciendo” en el cual la Escuela Taller busca establecer emprendimientos mediante asociación con sus egresados más destacados.

 

Escuela Taller y las trampas de la pobreza

Existen 15 situaciones específicas que impiden a las personas ascender socialmente y vivir más dignamente y han sido llamadas las Trampas de la Pobreza  (de acuerdo con el artículo publicado por la revista Semana en octubre del 2006). El mecanismo de la Escuela Taller aborda  5 de estas trampas durante el proceso de formación integral de sus beneficiarios:

 

●     Analfabetismo o bajo nivel educativo: algunos padres, aunque no manden a sus hijos a trabajar, tampoco los mandan a estudiar. El Estado les subsidia las matrículas, pero no tienen cómo asumir los gastos inherentes a la educación, como el transporte y la alimentación.

 

●    Acceso a la información: el poco acceso que tienen los pobres a la información los mantiene en la pobreza. La tasa de rotación en el sector formal es superior al 25%, con pocas posibilidades de enterarse sobre oportunidades laborales y de negocios, por lo que conservan trabajos extenuantes y mal remunerados.

 

●  Adolescentes gestantes: cuando una menor de edad queda embarazada, generalmente abandona la escuela para cuidar de su bebé. Su proceso escolar se atrasa y, a veces se interrumpe definitivamente, lo que deja como consecuencia un acceso limitado al mercado laboral. Los ingresos de una madre adolescente casi siempre están por debajo de la línea de pobreza, lo que repercute en la alimentación y la educación de sus hijos. De esta forma se perpetúa el círculo de pobreza.

 

●    Criminalidad y violencia: la falta de educación y de oportunidades, el ‘no futuro’ de los jóvenes son el caldo de cultivo de bandas delincuenciales y grupos al margen de la ley. Sus acciones empobrecen a sus víctimas y a la comunidad en la que viven porque, generalmente, los negocios que funcionan en el sector se van. Cuando quieren dejar la delincuencia, se les dificulta enormemente conseguir trabajo por la falta de experiencia en actividades lícitas.

 

●   Trampa de baja calificación: las empresas no consideran instalarse en las zonas donde no hay capital humano calificado, por las condiciones de pobreza, analfabetismo o bajo nivel educativo. Eso disminuye las posibilidades de desarrollo.

 

La Escuela busca, a través de la formación en oficios tradicionales inherentes al patrimonio cultural y la oferta de bienes y servicios relacionados con estos oficios, que los jóvenes, hombres y mujeres, del Municipio sean ejemplo de la construcción de una cultura de paz, de la consolidación de espacios de convivencia pacífica, así como una mejor administración de su tiempo libre. Además, estimula la creación, interpretación, difusión y proyección del riquísimo y variado patrimonio cultural de la región, asegurando la transmisión y continuidad de tradiciones culturales, en la medida que se convoque a los sabedores a participar en el proceso formativo.

 El modelo de las Escuelas Taller en Colombia, busca que todos los estudiantes, sin importar sus orígenes o situaciones de vulnerabilidad, puedan adquirir un conocimiento útil para sus vidas, y asimismo sean capaces de trabajar conjuntamente, buscando la construcción de un mejor país.

 ●   El enfoque de las Escuelas Taller en Colombia va más allá de un esquema de formación técnica, sino que busca rescatar y poner en valor de manera incluyente el patrimonio.

 ●  Gracias a su apuesta por la autosostenibilidad, la Escuela Taller de Tumaco ha buscado generar emprendimientos y proyectos afines a sus objetivos los cuales emplean egresados y han permitido la creación de un modelo replicable en otras partes del país.

 ●   Los tres socios de la Escuela dan cuenta de un enfoque que busca articular la formación, el patrimonio, la vinculación laboral y la sostenibilidad del modelo. Por una parte, la Cámara de Comercio de Tumaco tiene como objetivo fortalecer el modelo de formación desde su acompañamiento con temas de emprendimiento. Por otra parte, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Patrimonio, busca fortalecer las iniciativas de rescate y puesta en valor del patrimonio. La Corporación Turística de Tumaco es la entidad encargada de contribuir a la vinculación laboral de egresados, así como propender con empresarios y miembros del sector privado para garantizar canales de reinserción laboral de los egresados. Las entidades anteriormente mencionadas conforman la Junta Directiva y Asamblea de la Fundación Escuela Taller de Tumaco y son las encargadas de revisar la gestión administrativa de la entidad.

 ●  Una de las características de los oficios tradicionales es su bajo impacto ambiental, por esta razón en la Escuela Taller de Tumaco se busca disminuir el impacto ambiental negativo de las actividades que se llevan a cabo. Para esto, se plantea dentro del componente social y ambiental un procedimiento de acciones preventivas que minimizan el impacto ambiental generado por las intervenciones. 


Sobre el potencial productivo regional 


La propuesta de las Escuelas Taller, iniciativa de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, nació en España en los años 1985-1986 como una respuesta innovadora y concreta a tres problemas: la alta tasa de desempleo de la juventud, la progresiva extinción de los oficios tradicionales y el deterioro de los centros históricos de las ciudades.

Actualmente el modelo opera sobre tres grandes grupos regionales:

●     Países con menor índice de desarrollo humano

●     Países que tienen una renta media y que están catalogados como de atención especial

●     Países en los cuales se han presentado recientemente desastres naturales


Se consideran tres categorías de asociación con los países y áreas geográficas definidas en el Plan Director de la AECID 2009-2012:

●     Asociación amplia

●     Asociación focalizada

●     Asociación para la consolidación de los logros de desarrollo

Colombia forma parte del área de asociación focalizada. En el marco de la conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América (1992), la Agencia Española de Cooperación Internacional, hoy Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), propuso implementar las Escuelas Taller en nuestro país. El programa se impulsó en Iberoamérica gracias al Convenio Marco de Colaboración entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, de España, y la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional para Iberoamérica, y fue acogido por el Gobierno nacional a través del Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura), hoy Ministerio de Cultura, y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Gracias al respaldo de las gobernaciones departamentales y las alcaldías de cada ciudad, además de la participación de entidades internacionales que se vincularon al proceso, como la Corporación Andina de Fomento (CAF).

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo consideró oportuno iniciar un proceso de transferencia de las mismas a las entidades locales, con el objeto de promover la transformación de un programa de cooperación internacional en un programa nacional de gobierno, liderado por el Ministerio de Cultura de Colombia.

Fue así como el Ministerio de Cultura escogió Tumaco por su riqueza cultural, población joven mayoritaria y escenario del conflicto armado, como una apuesta al desarrollo humano y del talento que permitiera quitarle jóvenes a la guerra.

Para esto se desarrolló una etapa de diagnóstico donde por medio de socializaciones y conversaciones sobre el proyecto con diferentes instituciones educativas, líderes y consejos comunitarios, presidentes de juntas de acción comunal, resguardos indígenas, empresarios, comerciantes y agentes del turismo se pudo establecer las necesidades  particulares tanto de la comunidad como del sector económico.


Programas de formación y su impacto


La Escuela Taller de Tumaco ofrece formación para la inserción laboral y el emprendimiento en oficios tradicionales como cocina, construcción y carpintería.

Con el enfoque pedagógico ´Aprender-Haciendo´ vincula el saber intelectual (Técnico)  con el saber hacer, promoviendo la autonomía, la autoconciencia y autodeterminación como elementos fundamentales en el desarrollo de competencias técnicas y humanas.

Así aporta al país individuos que contribuyen a la construcción colectiva del patrimonio cultural en un entorno inclusivo y diverso.

Tras la pandemia por Covid-19, la escuela Taller de Tumaco, cuenta con actividades presenciales y semipresenciales en alternancia en actividades virtuales y presenciales.

El desarrollo de la formación es establecida a partir de las necesidades de los aprendices matriculados, contingencias nacionales de salud, situaciones naturales o alguna directriz nacional.

La fundación Escuela taller de Tumaco, garantiza la calidad de formación teniendo en cuenta su ejecución de cualquiera de las estrategias antes mencionadas.

La metodología ´Aprender-Haciendo´permite al aprendiz desarrollar habilidades y destrezas necesarias para dominar conocimientos, técnicas, herramientas y materiales asociados al oficio.

En el modelo pedagógico la Escuela utiliza los principios pedagógicos en ejes de formación y metodologías para la gestión de competencias aplicables en el aula, de acuerdo con una postura constructivista de proyección comunitaria.

En la Escuela Taller de Tumaco, la formación debe estimular de manera permanente el autorreflexión del aprendiz sobre su labor y los resultados de aprendizaje que logra a través de la vinculación activa de seis fuentes claves para la construcción de conocimiento y su crecimiento personal:

●     El Instructor/maestro – Tutor - Instructor

●     Teorías y conceptos

●     La práctica específica de oficio

●     Trabajo colaborativo entre pares.

●     El relacionamiento con el entorno

●     La interacción con las tecnologías de la información y la comunicación

●     Uso de la tecnología para el desarrollo de la formación

La fundación Escuela Taller de Tumaco, dentro de su proceso de metodología de aprendizaje cuentan con diversos recursos para la ejecución del mismo, dentro los docentes cuentan con acceso ilimitado a internet para la programación, ejecución, y evolución de su contenido formativo. Además de ello, el Programa Nacional de Escuelas Taller ha implementado el sistema virtual una plataforma académica de seguimiento Q10, mejorando la calidad, tiempo en el proceso de enseñanza, como también se destaca por la agilidad y eficiencia en el trámite de servicios para los aprendices.



Más de 280 aprendices se han certificado con la Escuela Taller de Tumaco para mejorar su habilidades y emprender sus negocios